De mole en mole

Imagina la siguiente escena: son las 8 de la mañana te encuentras en un mercado en el corazón de una ciudad colonial donde saltan a la vista los colores intensos de los chiles rojos, el envolvente y delicado sabor de la canela, la sensación de las semillas en tus dedos al meter las manos en los diferentes costalitos, y más adelante una señora sentada entre guajolotes, chocolate y rebozos coloridos porcionando en pequeñas bolsas uno de los tesoros gastronómicos de México más representativo, el mole.

Es una escena que me viene una y otra vez a la memoria evocando cada uno de los aromas y sensaciones y que espero puedas llegar a imaginar en la manera en que yo lo viví.

Bienvenido al blog donde compartiremos la pasión de este platillo, sus secretos, leyendas, rituales, fotografías, historia y mucho más.!

jueves, 12 de agosto de 2010

"San Pascual Bailón, atiza mi fogón"

En México abundan las leyendas, es parte de nuestro folclore y cultura, las hay para relatar historias de personajes importantes, desconocidos, fechas importantes, lugares, y el mole no es la excepción la manera en que este platillo surgió esta llena de ellas.

Una de las más famosas es la que relata el hecho de que el Virrey de la nueva España y arzobispo de Puebla Juan de Palafox visitó un convento, donde los cocineros se esmeraron en presentar un platillo lo suficientemente bueno. El cocinero principal era Fray Pascual quien entre los nervios y la presión comenzó a reprender a todos a su cargo por el desorden que imperaba en la cocina, el comenzó a juntar los ingredientes en una charola para guardarlos en el almacén cuando por accidente estos ingredientes entre los que se encontraban chocolate, chiles y una variedad de especias calleron justamente dentro de una olla donde se encontraban casi listos unos deliciosos guajolotes, como el momento de servir el banquete había llegado no tuvieron más remedio que servir ese platillo resultado del accidente.

En ese momento lo único que le quedo a Fray Pascual fue rezar para que el platillo agradara a los comensales, y al parecer resultó pues fue del gusto de todos los presentes.

Desde entonces en los pueblos pequeños, las amas de casa que sufren de prisa en una situación similar, solicitan la ayuda del fraile con la ayuda del verso "San Pascual Bailón, atiza mi fogón".

2 comentarios:

Anónimo dijo...

que bien escribes eee ,,, me considero tu admiradora,,, sigue asi

Montse dijo...

muchas gracias :) !!